El dilema de tener todos los equipos funcionando sin gastar mucho en ello

Al integrar TPM e Industria 4.0, las empresas pueden:

  • Mejorar la eficiencia de los equipos: La recopilación de datos en tiempo real a través de sensores y la aplicación de análisis predictivos permiten anticiparse a las fallas y realizar el mantenimiento preventivo de forma más efectiva.
  • Reducir los tiempos de inactividad: La detección temprana de problemas y la automatización de tareas de mantenimiento minimizan las interrupciones en la producción.
  • Optimizar la gestión de recursos: La información recopilada por los sistemas de Industria 4.0 permite una mejor planificación de los recursos, como el personal y las piezas de repuesto.
  • Aumentar la seguridad en el trabajo: La automatización de tareas peligrosas y la monitorización constante de los equipos contribuyen a un ambiente laboral más seguro.

Pero ¿Qué pasa cuando los presupuestos no están alineados con la implementación de estos?

La planeación de presupuestos es un pilar fundamental para el éxito de cualquier empresa, organización o individuo. Un presupuesto bien estructurado actúa como un mapa que guía las finanzas hacia un futuro estable y próspero. Sin embargo, la mala planeación presupuestaria puede convertirse en un camino hacia el caos financiero, generando consecuencias negativas que pueden afectar el bienestar económico a corto y largo plazo.

Los Peligros de la Mala Planeación:

  • Pérdida de Control: Sin un presupuesto, el dinero se gasta sin un plan definido, lo que lleva a un descontrol total sobre las finanzas. El gasto impulsivo y la falta de seguimiento pueden generar deudas y dificultades para cubrir necesidades básicas.
  • Deudas Incontrolables: La falta de planeación puede llevar a la acumulación de deudas, ya que se recurre a lidiar con proveedores que suelen estar cobrando o recordándonos la deuda que generamos para cubrir gastos inesperados o excesivos. Llegando a simplemente cancelar el servicio o negar un futuro proyecto por incurrir en esta falla.
  • Falta de Transparencia: Sin un presupuesto, es difícil tener una visión clara del flujo de dinero. No se sabe dónde se va el dinero, lo que dificulta la identificación de áreas de mejora y la toma de decisiones financieras estratégicas.
  • Estrés y Ansiedad: La falta de control financiero puede generar estrés y ansiedad, afectando la salud mental y el bienestar general. La preocupación constante por las deudas y la falta de seguridad financiera puede afectar las relaciones personales y la calidad de vida.

La mala planeación presupuestaria puede tener consecuencias a largo plazo, como:

  • Dependencia financiera: La falta de control financiero puede generar dependencia de préstamos y ayudas externas, limitando la independencia económica.
  • Problemas legales: La acumulación de deudas puede llevar a problemas legales, como embargos o demandas.
  • Fallos en equipos: Al no contar con un plan presupuestario enfocado a cubrir correctamente con el mantenimiento preventivo y predictivo de los equipos lo que impacta directamente en generar tiempos de inactividad en las operaciones.
  • Falta de tiempo, descuido, mala organización o ausencia de herramientas adecuadas. Esto puede llevar a que el mantenimiento preventivo no se realice de manera efectiva, lo que puede resultar en averías y paradas de producción.
  • Al diseñar un presupuesto de manera errónea. puede provocar situaciones negativas para la organización, como un aumento en los costos de reparación y un tiempo de inactividad más prolongado.

¿Cómo desarrollar correctamente un presupuesto?

 Para desarrollar un presupuesto de mantenimiento correctamente:

  1. Identifica los activos a mantener: El primer paso es identificar todos los activos que necesitan mantenimiento, como maquinaria, equipos, vehículos, edificios, etc.
  2. Analiza el presupuesto de años anteriores: Revisa los presupuestos de mantenimiento de años anteriores para identificar tendencias y patrones de gasto.
  3. Prepara un fondo de reserva para emergencias: Es importante tener un fondo de reserva para cubrir gastos inesperados, como reparaciones urgentes o reemplazos de piezas.
  4. Ten en cuenta todos los tipos de costos: Al desarrollar el presupuesto, considera todos los costos asociados al mantenimiento, como mano de obra, materiales, piezas de repuesto, transporte, etc.
  5. Adapta el presupuesto a los aspectos que deseas monitorear: Define qué aspectos del mantenimiento quieres monitorear, como el tiempo de inactividad, el costo de las reparaciones, etc.
  6. Revisa la precisión de los presupuestos anteriores: Evalúa la precisión de los presupuestos de años anteriores para mejorar la precisión del presupuesto actual.
  7. Calcula el tiempo efectivo de mantenimiento: Para estirar el presupuesto, calcula el tiempo efectivo de mantenimiento o «wrench time» para todos los trabajos de mantenimiento.
  8. Utiliza la información colectada de la medición MTTR y MTBF: Al analizar estos indicadores, puedes determinar la frecuencia de las fallas y el tiempo que se necesita para repararlas. Con esta información, puedes estimar los costos de mantenimiento, como el tiempo de inactividad, las piezas de repuesto y la mano de obra.
  9. Apóyate de los expertos en los equipos y procesos: Explota las bases de conocimiento de los usuarios, técnicos, proveedores, reseñas de equipos, reseñas de las refacciones críticas etc. ocupa toda la información disponible para generar un buen análisis de fallas y prepárate para que ocurran.

Existen diferentes formas de elaborar presupuestos de mantenimiento, como el presupuesto por actividad, el presupuesto por centro de costo y el presupuesto por proyecto.

  • El presupuesto por actividad se basa en el costo de cada actividad de mantenimiento, como la reparación de un equipo o la limpieza de un área.
  • El presupuesto por centro de costo se basa en el costo de mantener cada centro de costo, como una planta de producción o un almacén.
  • El presupuesto por proyecto se basa en el costo de un proyecto de mantenimiento específico, como la renovación de un equipo o la construcción de una nueva instalación.

En cuanto a las fallas no previstas, estas pueden tener un impacto significativo en el presupuesto de mantenimiento. Si no se planifican adecuadamente, pueden generar costos adicionales por reparaciones, tiempo de inactividad y pérdida de producción.

Por ejemplo, si un equipo falla inesperadamente, puede ser necesario reemplazarlo o repararlo de inmediato, lo que puede generar costos adicionales por piezas de repuesto, mano de obra y tiempo de inactividad.

El stock de refacciones mínimas se define como la cantidad mínima de refacciones que se deben tener en inventario para garantizar que se puedan realizar las reparaciones necesarias en caso de una falla.

Para determinar el stock de refacciones mínimas, se deben considerar factores como la frecuencia de las fallas, el tiempo de entrega de las refacciones y el costo de mantener las refacciones en inventario.

En JL Impulse contamos con expertos en procesos y gestión de los recursos de mantenimiento que te pueden asesorar al respecto contáctanos para mas información

¿Te gustaría saber más sobre cómo se calcula el stock de refacciones mínimas? ¿O te interesa conocer más sobre las diferentes formas de elaborar presupuestos de mantenimiento?¿Qué otras formas de elaboración de presupuestos conoces? ¿Cuál es tu experiencia sobre fallas no previstas y su repercusión en el presupuesto? ¿Cómo defines el stock de refacciones mínimas?

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